Estar en medio de los chicos para educar
desde la preventividad.
Don Bosco mismo dijo en su carta desde Roma: ‘El maestro al
cual sólo se ve en la cátedra es un maestro y nada más; pero si participa del
recreo de los jóvenes, se convierte también en hermano’[1]. Y al
decir a sus salesianos que ‘no basta
amar’ sino que es imprescindible que los jóvenes ‘se den cuenta’ que son amados, les explica cómo el secreto es estar
en medio de los chicos, sobre todo en los momentos de recreación e informales.
Y esto es así porque ‘El que sabe que es
amado, ama, y el que es amado lo consigue todo, especialmente de los jóvenes.’
Sin embargo, el educador salesiano está en medio de los
jóvenes, no como un chico más, sino como ‘educador’. Y esto acarrea muchas
implicancias significativas. Entre ellas vamos a destacar sólo algunas:
-
Don
Bosco es el gran maestro del Sistema Preventivo. La ‘preventividad’ salesiana
no apunta fundamentalmente a ‘vigilar para evitar el mal’, sino a ‘expandir el
bien’ porque desde la abundancia de bien, de verdad y belleza se resta espacio
al mal… Don Bosco, al estar en medio de sus jóvenes podía descubrir sus gustos
y sus dones, y así ofrecerles oportunidades de gozo y de crecimiento que los
mantenían ocupados, felices, creciendo, aprendiendo y desplegando sus capacidades,
etc.
¿Estoy en medio de los jóvenes-mis alumnos? Los conozco?
¿Conozco sus intereses, gustos, necesidades?
En mi estilo de educar, ¿soy ‘preventiva/o’ en el sentido
salesiano del término?
-
El
educador siempre mira más allá y apunta a ofrecer a los chicos las experiencias
que les ayuden a descubrir de qué son capaces, y también les permitan
insertarse positiva y constructivamente en la sociedad. Por eso Don Bosco creó
el oratorio, pero también escuelas, talleres de diferentes oficios, imprenta,
internados… Nunca dejó a sus chicos simplemente con lo que les gustaba a
primera vista… nunca los dejó como eran, siempre los animó a crecer y
superarse…
¿Logramos
potenciar en cada persona sus mejores dones para la docencia y la vida?
¿Tendríamos
que ofrecerles algo más
para que
puedan ser mejores maestros en este tiempo?
-
Asimismo,
siempre estuvo atento a ofrecerles experiencias positivas y
atractivas que los insertaran en un mundo de valores humanos y cristianos,
experiencias alternativas a modos de vida instalados en la sociedad, pero no
constructivos del modelo de persona que quería cultivar y proponer. Por eso Don
Bosco (frente a la soledad y el abandono) educaba en un clima de familia en el
que todos se sentían queridos, pero también responsables del bienestar de los
demás; (frente al vagabundeo y la delincuencia) educaba en el trabajo
responsable trabajando con sus chicos en Valdocco y acompañándolos en sus lugares
de empleo para que no los explotaran; (frente al sometimiento y la violencia)
educaba en el respeto y la libertad; (frente al individualismo y el desprecio
por los otros) educaba en el sentido de pertenencia a la comunidad de la que
formaban parte, y en la solidaridad con las necesidades de la sociedad de su
tiempo (ayuda durante la epidemia de cólera por ej.)…
¿Cuáles son
las experiencias alternativas que ofrecemos en su formación?
¿Cuáles más
deberíamos ofrecer?
¿Tal vez en
el espacio de las prácticas? ¿Tal vez en los ateneos?
-
El
estar en medio de sus jóvenes le permitía descubrir y aprovechar todas las oportunidades
que se presentaban para intervenir educativamente… decía una palabra de aliento a
uno, una de corrección a otro. Con intervenciones breves pero significativas
ofrecía a cada uno lo que necesitaba en el momento oportuno.
-
Estando
en medio de los chicos, los educa desde el ejemplo de su vida:
trabaja con ellos, juega con ellos, sufre y goza con ellos… Lo que les dice y
enseña entra en sus corazones porque primero lo ven hecho carne en su vida.
Pero les enseña también que no sólo tienen que recibir… sino dar… trabajar
juntos, ayudarse mutuamente, darse buen ejemplo entre todos… No confía sólo en
su testimonio, sino también en la capacidad de los chicos de ayudarse
entre sí a ser mejores… a ser santos. Crea un ‘ambiente’ que educa, en
el que los jóvenes son protagonistas.
¿Promovemos el protagonismo juvenil y el apostolado del joven
por el joven?
¿Les enseñamos a promover entre sus alumnos el buen ejemplo y
la ayuda en el bien?
¿A través de las materias que dicto puedo enseñar a los
futuros docentes
a ‘educar
preventivamente’? ¿Cómo?
-
El
ejemplo y el testimonio son fundamentales. Pero para Don Bosco también lo es la
palabra,
el diálogo.
La
razón es el segundo pilar de su Sistema Preventivo. Don Bosco buscaba
que sus chicos eligieran el bien por propio convencimiento, encontraran el
sentido de lo que se les pedía, se dieran cuenta del por qué de ciertas pautas
del reglamento de la casa, se convencieran incluso de la necesidad de un
‘castigo’ en ciertas ocasiones. Y esto lo lograba por medio del diálogo y el
razonamiento común.
En su experiencia de infancia, la
sabiduría campesina daba al término «razonamos» diferentes valores: se usaba en
vez de dialogar, de explicarse, de llegar a una decisión común, tomada sin que
nadie quisiese imponer su punto de vista. Don Bosco hizo después del término
«razón» una de las columnas soporte de su método educativo. En esta perspectiva,
el diálogo entre Domingo Savio y Don Bosco es un verdadero pacto educativo que
condujo al joven santo a un compromiso: «Por
tanto yo soy el paño; sea usted el sastre; lléveme con usted y hará un bonito
vestido para el Señor».
-
Para
educar Don Bosco buscaba cultivar y cuidar todos los medios de comunicación a
su alcance. El era muy consciente de la influencia de las buenas lecturas,
de las buenas compañías, de la palabrita al oído, de las Buenas noches, de toda
palabra que alimenta los pensamientos, deseos y sentimientos de sus jóvenes.
Eso lo llevó a escribir las biografías
de sus alumnos más ejemplares[2]
(alumnos de distintas características para que cada uno pudiera sentirse
identificado con el que tenía un temperamento más afín al suyo); las Lecturas
católicas (revistas que acercaban a sus jóvenes mensajes de fe en un tiempo de
ataque fuerte a la Iglesia Católica); el Boletín Salesiano (para la difusión
del bien); y tantos escritos en lenguaje sencillo para atraer a los chicos al
bien. Don Bosco puso en marcha un conjunto de iniciativas
editoriales que, a distancia, lo hacen aparecer como hábil y clarividente
propulsor de la comunicación social.[3] Llegó a decir, ‘Entre todos los medios, es el de la difusión de los buenos libros el que yo intento recomendaros ahora
encarecidamente, para gloria de Dios y salvación de las almas’. Y también ‘Los
buenos libros, repartidos entre el pueblo, son uno de los medios verdaderamente
a propósito para mantener el reino de Dios entre las almas’.[4]
¿Somos
concientes de la influencia positiva o negativa de lo que los chicos consumen:
escritos, dibujitos, series, videos, Internet, etc?
¿Fomentamos
que alimenten su pensamiento, sus sentimientos, su vida con ‘materiales que
fomenten el bien y los valores’? ¿O no prestamos atención a este asunto?
¿Cómo podemos
hacerlo desde nuestros espacios curriculares?
¿Qué otros
medios tendríamos que emplear en nuestro tiempo para apoyar la labor educativa?
¿Acaso tendríamos que dar más impulso a todo lo virtual y fortalecer a nuestros
alumnos como futuros educadores en este ámbito?
¿De qué
manera ayudar a los padres a reflexionar sobre este tema?
[1]Carta de Don Bosco, desde
Roma, en 1884: http://www.conoceadonbosco.com/descargas/escritos/Carta%20de%20Roma.pdf
[2] Biografías escritas por
Don Bosco de Domingo Savio, Miguel Magone y Francisco Besucco http://www.conoceadonbosco.com/descargas/escritos/Biograf%C3%ADas%20juveniles,%20Domingo%20Savio,%20Magone,%20Besucco.pdf
[3] Frase de Don Viganó,
rector mayor de los SDB
[4] Ver especialmente la Carta
sobre la difusión de los buenos libros en: http://www.conoceadonbosco.com/escritos.asp
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